En un esfuerzo por explorar nuevas fronteras en el ámbito psicoterapéutico infantil, el Programa PRI ADRA Maule ha incorporado la Escalada en Boulder como una innovadora herramienta terapéutica.
Esta estrategia busca brindar una experiencia única que responde tanto a las necesidades como a los recursos particulares de los niños y niñas, habiendo sido implementado junto a un grupo de hermanitos que fueron participes del programa, respondiendo a los principios fundamentales de participación infantil.
Los beneficios psicoterapéuticos infantiles de esta práctica son vastos y profundos. La escalada en Boulder promueve el desarrollo de habilidades cognitivas, emocionales y físicas, fortaleciendo la autoconfianza, la resiliencia y la autoestima en los participantes. Al mismo tiempo, proporciona un espacio seguro para explorar y expresar emociones, promoviendo la regulación emocional y el desarrollo de habilidades de afrontamiento. Sumándole dinámicas de trabajo en equipo y cooperación en el sistema fraterno.
“La escalada en boulder ha demostrado ser una valiosa adición al arsenal terapéutico, y esperamos continuar explorando su potencial y de nuevas herramientas para el crecimiento de nuestros jóvenes participantes”. Indicó Juan Riquelme.
Esta iniciativa se alinea estrechamente con los ejes transversales de participación infantil, ya que involucra a los niños de manera activa en su proceso terapéutico, fomentando la toma de decisiones autónomas y el empoderamiento personal. Además, se adapta a los recursos e intereses de los niños al ofrecer una experiencia lúdico-deportiva, lo cual es esencial para su bienestar integral.
Para llevar a cabo esta innovadora intervención, se cuenta con la experiencia profesional de más de 8 años de experiencia en el deporte de la escalada y certificación en actividad física en contacto con la naturaleza. Su conocimiento experto garantiza un enfoque seguro y efectivo para integrar la escalada en Boulder en el contexto psicoterapéutico.
Esta estrategia se ha implementado con éxito en dos etapas claves del proceso terapéutico. En primer lugar, se utilizó como una herramienta dinámica durante las sesiones terapéuticas para facilitar la exploración y el procesamiento emocional. Y en segundo lugar, se incorporó como una actividad de cierre terapéutico para consolidar los logros y promover la reflexión sobre el progreso realizado.
Juan Riquelme, director del programa PRI ADRA, invita a los profesionales que trabajan en infancias a seguir innovando en herramientas de intervención infantil que promuevan el bienestar y el desarrollo integral de los niños.